El impacto de las tecnologías digitales en el periodismo y la democracia en América Latina y el Caribe

El impacto de las tecnologías digitales en el periodismo y la democracia en América Latina y el Caribe

El impacto de las tecnologías digitales en el periodismo y la democracia puede ser medido, al menos, de dos formas: una cuantitativa, con indicadores como la penetración de Internet y la telefonía celular, entre otros; o una cualitativa, a través de la voz de quienes usan o son afectados por estas tecnologías. Este documento, esencialmente, recoge la voz de un grupo perteneciente a esta última categoría: casi 50 periodistas y líderes de organizaciones dedicadas al periodismo de la región, que se reunieron en el Séptimo Foro de Austin sobre Periodismo en las Américas para discutir sobre el tema.

A través de sus experiencias y opiniones se puso en evidencia que tecnologías digitales han tenido –y están teniendo– efectos desiguales en las democracias y el periodismo de los países de la región. La definición de tecnologías digitales es amplia, pero ya no se concibe desvinculada del concepto de conectividad. Por eso, los efectos desiguales en el continente son ahora el resultado principal de la desigual penetración de Internet, tanto entre países como entre sectores sociales dentro de ellos.

Los efectos en la democracia pueden ser tan variados como las acepciones de esta palabra, y aunque adquiere relevancia aquella asociada con procesos y transparencia electoral, no son despreciables otras manifestaciones que están comenzando a aflorar en la región, como la incorporación de diversidad de voces al ecosistema de medios, o la capacidad para movilizar ciudadanos en coyunturas políticas específicas.

Los efectos de las tecnologías digitales en el periodismo se manifiestan, principalmente, en tres vertientes: la dinámica de la construcción de la noticia o información; el ejercicio profesional, que remite al tema de las habilidades necesarias para sobrevivir y prosperar en el nuevo entorno (la capacitación), y la situación de los medios tradicionales.

El periodismo de investigación en América Latina -que merece un capítulo aparte dentro de la proliferación de nuevos medios independientes-está capitalizando crecientemente el poder de las tecnologías digitales para elevar los estándares del periodismo en general, pero lucha, no siempre con éxito, por encontrar modelos de financiación que lo hagan sostenible. La variedad de formas en que está empleando las tecnologías digitales va desde la simple distribución de los contenidos en texto (la mayoría de las veces) hasta la elaboración de complejas bases de datos y visualización de información, a las que pueden acceder los ciudadanos o que sirven de insumo para el trabajo de otros periodistas.

El periodismo ciudadano está incursionando con fuerza, pero, en el contexto actual, periodistas de la región creen que el gran desafío es hacerlo al mismo ritmo de crecimiento de las redes sociales, para capitalizar su potencial. La gran pregunta - que están tratando de responder -  es cómo hacerlo.

Otras formas de participación e interacción, como los comentarios en los sitios Web de los medios tradicionales, se han convertido en un problema, y plantean interrogantes importantes que no son exclusivos de América Latina, como el anonimato y la responsabilidad por el contenido generado por estos.

El potencial de la tecnología celular en términos de participación ciudadana, así como diseminación y acceso de información, podría definirse con una palabra: paradoja. Si bien su gran base instalada anticipa la rápida expansión de otras tecnologías, como el acceso a Internet, el costo del servicio y las características de los aparatos en manos de la población limitan sus posibilidades.

Esta paradoja se extiende parcialmente al campo del video, donde los generadores de contenido reconocen el potencial de Internet y la telefonía celular como nuevos canales de distribución, pero siguen concentrados en la televisión abierta como forma de alcanzar mayores audiencias. Esto obedece  a que la televisión abierta es el medio de mayor penetración en casi todos los países de la región, y a que las nuevas tecnologías tardarán mucho tiempo en alcanzar su cobertura. La experimentación en las nuevas plataformas, sin embargo, está a la orden del día.

En este complejo escenario, los jóvenes son un objetivo evasivo de los nuevos generadores de contenido. La posición respecto a ellos va desde la renuncia a conquistarlos hasta el interés por involucrarlos de una forma diferente de como se ha hecho hasta ahora, y la necesidad de redefinir quiénes son.

Por Centro Knight para el Periodismo en las Américas de la Universidad de Texas / Open Society Foundations Media Program

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Elkin Sánchez Cuadro

Especialista en Periodismo Electrónico

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